El metaverso: De la fantasía de ciencia ficción al patio de recreo corporativo (y quizá de vuelta a la ciencia ficción)
Ya has oído hablar del metaverso, tal vez de un entusiasta de la tecnología, tal vez de un anuncio nocturno en el que un avatar sonriente intenta venderte zapatos digitales. Pero, ¿qué es ese "metaverso" del que todo el mundo habla y por qué volvemos a él como si fuera el mesías digital que no sabíamos que necesitábamos? Desenredemos esta telaraña futurista y veamos dónde hemos aterrizado a finales de 2024.
Primero, un breve resumen: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
Érase una vez, en las páginas de una novela de 1992(Snow Crash, de Neal Stephenson, para ser exactos), el metaverso era un mundo virtual donde los hackers se batían en duelo con katanas y los avatares se mezclaban en paisajes bañados de neón. Esa visión se mantuvo y, con los años, evolucionó. En 2021, empresas como Meta (antes Facebook) proclamaron audazmente que estaban construyendo esta utopía digital en la que nuestro trabajo, ocio y vida social se fundirían a la perfección en experiencias 3D inmersivas. La expectación era palpable.
Pero la cuestión es la siguiente: en 2024, el metaverso no es exactamente la utopía digital global que se prometió en su día. Es más bien una colcha de retazos de mundos virtuales, cada uno tratando de encontrar su lugar en nuestras vidas.
El metaverso industrial: Porque la vida en la oficina no era suficientemente aburrida
Olvídese de matar dragones digitales; la verdadera estrella del metaverso son las aplicaciones industriales. Empresas como Siemens se han subido al carro y utilizan el metaverso para crear "gemelos digitales" de ciudades, fábricas e incluso cadenas de suministro completas. Imagínese un mundo en el que los ingenieros se ponen cascos de realidad virtual, navegan por una fábrica virtual y ajustan la maquinaria sin salir de casa. ¿Eficiente? Sí. ¿Emocionante? Discutible. Pero es donde está fluyendo parte del dinero real, lo que indica que el "metaverso industrial" podría ser uno de los primeros en encontrar su lugar.
Más allá de la maquinaria pesada, sectores como el inmobiliario y la educación también han movido ficha. Están apareciendo aulas virtuales y módulos de formación inmersivos que prometen revolucionar nuestra forma de aprender y trabajar. Pero seamos sinceros: si lo que más te molesta de la educación son las clases aburridas, la realidad virtual te permitirá vivirlas con un aburrimiento de 360 grados.
Avatares, juegos y el lado social: sigue siendo una cosa
A pesar del giro hacia los negocios, la vertiente de entretenimiento del metaverso no se ha desvanecido. Plataformas como Roblox, Fortnite y VRChat siguen teniendo un gran atractivo. Roblox, con sus 55 millones de usuarios diarios, ha mantenido vivo el sueño permitiendo a los jugadores no sólo jugar, sino también crear, vender e intercambiar bienes virtuales. Epic Games incluso ha convertido Fortnite en una plataforma para conciertos y noches de cine, difuminando la línea entre el juego y las reuniones sociales.
Y luego están los avatares, seres digitales hiperrealistas a los que se ha prometido que un día recorrerán todos los mundos virtuales sin problemas. Alerta: sigue siendo una quimera. Aún no hemos llegado a la fase en la que puedas vestir a tu personaje de Roblox con ropa de NFT y luego saltar a Horizon Worlds de Meta. La tecnología aún no está ahí, y tampoco los estándares, lo que significa que la interoperabilidad (una palabra elegante para "hacer que todas estas cosas funcionen juntas") sigue siendo más una esperanza que una realidad.
No es tan utópico: La desordenada realidad de la seguridad, la ética y (por supuesto) los anuncios
Uno pensaría que un mundo virtual escaparía al menos a algunos de los problemas del mundo real, pero no. En 2023 y 2024, los problemas de seguridad ocuparon un lugar central, con incidentes de acoso, violaciones de datos e incluso delitos virtuales que dieron lugar a intervenciones legales. El Reino Unido, por ejemplo, ha estado lidiando con la forma de vigilar estos espacios digitales. Las empresas se apresuran a establecer protocolos, pero está claro que la normativa sigue yendo por detrás de la innovación. Si a esto añadimos los temores habituales sobre el rastreo de datos y la privacidad, tenemos un salvaje oeste digital en el que todo el mundo intenta averiguar las reglas sobre la marcha.
Y justo cuando creías que podías escapar de esos molestos anuncios, las marcas han descubierto la manera de introducirlos en tus escapadas virtuales. Desde vallas publicitarias virtuales hasta avatares de marca, las empresas están incrustando sus productos en el metaverso. Es como la publicidad indirecta, pero para tu yo digital. Qué alegría.
Economías virtuales, NFT y el bombo de Blockchain
Hablemos ahora de dinero. Las economías virtuales están en auge, con plataformas como Sandbox y Decentraland construidas sobre transacciones criptográficas. Los NFT (tokens no fungibles) siguen existiendo, a pesar de que el frenesí especulativo se ha enfriado un poco. ¿La idea? Comprar un activo digital (una skin, un trozo de tierra virtual o un conjunto) y poseerlo en diferentes plataformas. Pero, como ya hemos dicho, la mayoría de las plataformas siguen en sus propios silos, y pasar esa brillante camiseta digital de un juego a otro es más complicado de lo que parece. Pero el potencial está ahí, sobre todo a medida que la cadena de bloques sigue creciendo, prometiendo un futuro descentralizado en el que tus activos digitales signifiquen algo para todos.
¿Qué será lo próximo? ¿Un mundo feliz o sólo una elegante llamada con zoom?
¿Sustituirá el metaverso a Internet? Mark Zuckerberg quiere que pienses que sí, que es una "Internet encarnada" en la que vivimos, trabajamos y jugamos. Pero la realidad es más matizada. Por ahora, el metaverso está evolucionando como un espacio paralelo, algo que complementa nuestras vidas digitales en lugar de transformarlas. Es probable que los eventos virtuales, las herramientas educativas, las aplicaciones industriales y los ecosistemas de juego sigan creciendo, pero estamos lejos de vivir dentro de un casco de realidad virtual las 24 horas del día.
A medida que mejora la tecnología, cabe esperar una mayor integración de la IA, una mejor interoperabilidad y experiencias más fluidas. O, ya sabes, más fallos, problemas de seguridad y logotipos corporativos que te abofeteen en la cara digital. Podría ser cualquier cosa.
En conclusión
El metaverso no es exactamente la utopía digital prometida en la ciencia ficción, pero también es más que una moda pasajera. Está evolucionando, es desordenado y, sin duda, no desaparecerá pronto. Queda por ver si será un lugar para las masas o se quedará en un nicho para jugadores y aplicaciones industriales. En cualquier caso, lo mejor es que cojas tus auriculares -y quizá tu katana digital- porque el futuro es virtual, aunque no sea exactamente lo que imaginábamos.
Referencias
"Top 10 Metaverse Trends In 2024 That Are Shaping The Future Years", Blockchain Magazine.
"Perspectivas del metaverso 2024: Tendencias, transformaciones y convergencia tecnológica", FXMedia.
"Tendencias metaversales a tener en cuenta en 2024", Future Today Institute.
"Noticias breves sobre el metaverso: Innovaciones y eventos", StartUs Insights.